
Redacción Reporte Cuba Ya
Una fotografía que expone la cruda realidad de los estudiantes universitarios en Cuba se ha viralizado, generando una ola de indignación y un profundo debate. La imagen muestra el almuerzo servido a estudiantes de la carrera de Medicina en la provincia de Cienfuegos, un plato que a todas luces no cumple con los estándares nutricionales ni de dignidad mínimos para un ser humano, mucho menos para quienes se forman para ser los futuros garantes de la salud en el país.

La denuncia, que ganó notoriedad a través del perfil en redes sociales “Díaz Canel Sin Gao”, se convirtió rápidamente en un símbolo del descontento popular. La bandeja exhibe una ración que muchos internautas han calificado de miserable, evidenciando las precarias condiciones en las que los jóvenes deben cursar sus estudios superiores en medio de una crisis generalizada que azota a la isla.
Las reacciones no se hicieron esperar. Comentarios cargados de frustración y rabia inundaron la publicación original. «¿Qué estarán comiendo los presos?», cuestionó el usuario Víctor Reve, una pregunta que refleja la percepción de un abandono total por parte de las autoridades. Por su parte, Enma Pérez fue más directa, calificando la situación del país como un «estado fallido» y acusando al gobierno de resguardar privilegios para una élite mientras el pueblo enfrenta carencias extremas.
Entre las reflexiones más destacadas se encuentra la de Dayron Ramírez, quien compartió su experiencia personal como estudiante de medicina y el sacrificio de su madre para apoyarlo. “Lo único que no tuvo que pagar fue entrar al aula y escuchar al profesor”, sentenció, argumentando que es preferible un sistema educativo de pago que luego permita a los graduados vivir con dignidad. Su testimonio apunta a la desmotivación que generan las carencias estructurales y las limitaciones materiales de un sistema que se proclama gratuito, pero que impone otros costos muy altos.
Aunque algunas voces aisladas, como la del usuario Yoe Quiño, intentaron defender el modelo cubano alegando que la educación es costosa en todo el mundo, la abrumadora mayoría de las opiniones expresan un profundo hartazgo y una evidente pérdida de confianza en el sistema.
Este no es un incidente aislado. Denuncias similares sobre la calidad de vida de estudiantes y profesionales han surgido en diversas provincias. Son conocidos los casos de médicos en servicio activo que se ven obligados a llevar sus propios materiales de higiene, como jabón, o incluso sus propios alimentos a los hospitales donde trabajan. Se dibuja así una dolorosa paradoja: un país que exporta la imagen de ser una potencia médica, pero que no logra garantizar condiciones dignas para quienes sostienen ese sistema desde sus cimientos.
Esta nueva evidencia reabre el debate sobre qué significa realmente el «acceso gratuito a la educación» en un contexto de colapso económico, ausencia de libertades y un deterioro constante de los servicios públicos más básicos.
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¿Qué futuro le espera a un profesional que se forma en estas condiciones? ¿Puede un país enorgullecerse de su sistema de salud mientras desatiende a sus futuros médicos? Queremos conocer tu perspectiva, déjanos tu comentario.