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La Habana.- La frase «potencia médica», repetida durante décadas por la propaganda del gobierno cubano, se desmorona ante la realidad de miles de ciudadanos. Un nuevo caso expone la profunda crisis del sistema de salud en la isla: Kemer Rainel Fernández Castro, un niño de 12 años residente en Jatibonico, Sancti Spíritus, lleva casi cuatro años padeciendo graves problemas de salud sin que los médicos puedan ofrecerle un diagnóstico definitivo por la falta de reactivos para los análisis clínicos necesarios.

La denuncia fue hecha pública a través de las redes sociales por el médico y activista Miguel Ángel Ruano, quien recibió la autorización de la madre del menor, Yadira Castro Cutiño, para visibilizar su desesperada situación. Desde los nueve años, Kemer ha experimentado un deterioro progresivo, manifestado en la inflamación de sus articulaciones que le impiden llevar una vida normal, la aparición de dolorosas llagas en la piel que se infectan con facilidad y la presencia constante de hematomas y dolores articulares.

El obstáculo para aliviar el sufrimiento de Kemer no es la falta de conocimiento médico, sino la ausencia de los insumos más básicos. Según la denuncia, pruebas fundamentales como el «título de antiestreptolisina O» (ASO), Proteína C y Factor Reumatoideo, esenciales para diagnosticar afecciones reumatológicas e infecciosas, no están disponibles. La respuesta de las instituciones sanitarias a la familia ha sido un eco constante y desolador: «no hay». Esta situación ha dejado al niño en un limbo de incertidumbre y dolor durante más de cinco meses de espera solo para las últimas indicaciones.

El drama de la familia Fernández Castro se agrava por el clima de represión que impera en el país. La madre de Kemer, además de luchar incansablemente por la salud de su hijo, vive con el temor de que esta denuncia pública pueda traer represalias contra su otro hijo mayor, quien se encuentra cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio. Este miedo, común entre los cubanos que se atreven a exponer las fallas del sistema, evidencia la vulnerabilidad de los ciudadanos frente a un régimen que castiga la crítica.

Este caso no es un hecho aislado, sino el reflejo de un sistema de salud colapsado que ya no puede garantizar ni los servicios más elementales a su población. Mientras el discurso oficial sigue vendiendo una imagen de éxito sanitario, la realidad en los hospitales y policlínicos de a pie es la de la escasez, el abandono y la desesperanza. La valiente denuncia de esta madre pone en jaque a la Dirección Municipal de Salud en Jatibonico, a la Dirección Provincial en Sancti Spíritus y al propio Ministerio de Salud Pública, quienes tienen la obligación de dar una respuesta y una solución inmediata al pequeño Kemer.

Créditos de la información y denuncia original: Perfil de Facebook del Dr. Miguel Ángel Ruano.


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