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Redacción Reporte Cuba Ya. – «Que algún día llegue el momento en que ningún joven cubano tenga que ser obligado a pasar el servicio militar». Esta frase, cargada de la angustia y la esperanza de un padre, forma parte de una publicación de David Espinosa que ha calado hondo en la conciencia colectiva cubana. Su texto, compartido en redes sociales, narra el difícil momento familiar que atraviesan tras la citación de su hijo mayor para el chequeo médico del Servicio Militar Activo (SMA), reabriendo el debate sobre la pertinencia y la humanidad de esta ley.

David Espinosa

Espinosa articula con claridad un dilema que ha marcado a generaciones: la obligación de vestir un uniforme como peaje para acceder a un futuro profesional. En Cuba, la negativa a cumplir con el SMA no solo acarrea sanciones legales, sino que en la práctica funciona como un muro que frena las aspiraciones de miles de jóvenes que desean ingresar a la universidad. Se convierte así en una encrucijada forzada entre los anhelos personales y una imposición estatal que muchos consideran anacrónica y perjudicial.

El testimonio de Espinosa adquiere una fuerza aún mayor cuando revela su propia experiencia traumática. «Sé lo que es pasar ‘el verde’, porque lo pasé dos años, y no me fue nada bien que digamos, sobre todo en esos 45 días de previa que casi pierdo la vida», confiesa. Sus palabras evocan los innumerables relatos de abuso, negligencia y condiciones infrahumanas que han caracterizado al servicio militar en la isla durante décadas. Lejos de ser un espacio de formación patriótica, para muchos se transforma en una escuela de supervivencia donde la integridad física y mental de los reclutas queda en un segundo plano.

Esta realidad convierte al llamado de Espinosa en una causa de interés público. No se trata de un caso aislado, sino del reflejo de un sistema que utiliza a la juventud como mano de obra barata para labores agrícolas o de construcción, y como piezas de un engranaje de control social. La obligatoriedad del SMA es una herramienta eficaz para el Estado, que busca inculcar una disciplina militar y una obediencia ideológica desde una edad temprana, coartando el pensamiento crítico y la libertad individual.

Es imperativo que la sociedad cubana se cuestione seriamente la vigencia de esta ley. ¿Qué beneficios reales aporta a la nación mantener un servicio militar forzoso en el siglo XXI? ¿No sería más valioso para el país tener jóvenes enfocados en su formación académica y profesional, contribuyendo al desarrollo desde el conocimiento y la innovación? La propuesta de un servicio voluntario, o de alternativas sociales que permitan a los jóvenes servir a sus comunidades de manera constructiva, gana cada vez más fuerza como una opción más humana y productiva. El clamor de David Espinosa es un llamado a la acción para construir un futuro donde los jóvenes cubanos puedan, finalmente, «elegir libremente su camino».


Debate Abierto:

  • ¿Crees que la abolición del Servicio Militar Obligatorio es un paso necesario para el respeto de los derechos humanos en Cuba?
  • ¿Qué impacto crees que tendría en la sociedad cubana un cambio hacia un modelo de servicio voluntario o social?
  • Si tuviste que pasar el servicio militar, ¿qué cambios consideras urgentes para proteger la integridad de los nuevos reclutas mientras la ley siga vigente?

En «Reporte Cuba Ya» estamos comprometidos con tu historia. Si has sido víctima de abusos o tienes información relevante sobre el Servicio Militar en Cuba, tu voz es importante. Comunícate de forma segura y confidencial a nuestro WhatsApp: +49 1521 3315808.

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